Lo andalusí, más allá de conquistas y reconquistas

Romero, Felipe. The Second Son of the Silk Merchant. Trans. Elizabeth Espadas. Granada: Comares, 2012. Pp. 348. ISBN 978-8-490-45016-1.

 

Valentin González-Bohórquez

Desde su primera edición en 1995, la novela histórica de temática morisca El segundo hijo del mercader de sedas, de Felipe Romero, obtuvo casi una inmediata acogida entre la crítica y el público lector. En los años subsiguientes se ha convertido en una verdadera novela de culto, y ha sido y sigue siendo hasta ahora la protagonista más destacada del renovado interés en la novelística andalusí y de una especie de singular mini-boom editorial, que solo en lo que va corrido de este siglo ha visto la publicación de más de cien nuevas novelas de este género (ver lista en la Guía de Lectura No. 4, 2012, de la Biblioteca de Andalucía en Granada, en la que se advierte que no es una lista exhaustiva). En medio de este cúmulo de nuevos textos, la obra de Romero sigue destacándose todavía por la calidad de su prosa narrativa, despojada del exotismo orientalista del que a menudo adolece el género, a la vez que por el manejo diestro con el que describe algunas de las circunstancias político-religiosas que condujeron a la final expulsión de la comunidad morisca ordenada por Felipe III en 1609.

Uno de los aspectos extratextuales que rodean el atractivo de la novela de Romero es el hecho de ser esta la obra de un autor que era conocido en su Granada natal como un destacado abogado litigante laboral, pero no como escritor; y que a la edad de 65 años, ya jubilado, diera a la luz una novela que muestra un innegable talento y conocimiento de las técnicas narrativas. Por supuesto, lo que debe resultar evidente es que esta obra no es el resultado de un trabajo improvisado y casual, sino fruto de una ardua investigación y maduración realizada mientras ejercía como abogado sindicalista. Romero había saboreado ya también el prestigio personal en esta segunda carrera y tenía avanzada una nueva novela, El mar de bronce (sobre los judíos de Granada en el siglo XI), cuando falleció repentinamente en 1998, a la edad de 68 años.  Completada con las notas que el autor tenía en su ordenador, la editorial Comares publicó dicha novela póstumamente.

El hijo segundo del mercader de rosas parte de un narrador único, Alonso de Granada Lomellino, quien cuenta su vida en primera persona en el entorno de su rica e influyente familia y de los círculos de poder políticos y religiosos de la Granada de finales del siglo XVI y principios del XVII. La novela aborda el drama morisco desde su progresiva reducción como una élite influyente, hasta su final acoso y expulsión de la ciudad. El hilo narrativo se centra en la saga de los Plomos de Sacromonte, o Libros plúmbeos, 22 planchas circulares de plomo que trataban supuestamente de la historia y doctrina cristianas, descubiertos en Monte Valparaíso, cerca de Granada. Las planchas, escritas en una suerte de árabe antiguo y latín, habrían sido pergeñadas por un discípulo de Cecilio, un santo del primer siglo de orígen árabe, sanado de sordomudez por Jesús mismo, y emigrado como misionero a España en el siglo I. Antes de sufrir martirio a manos de los romanos, Cecilio le habría entregado los Plomos, junto con algunas reliquias, a su discípulo Patricio, quien los ocultó en unas cuevas en Valparaíso, donde fueron descubiertos a finales del siglo XVI. El morisco granadino Alonso del Castillo, ilustre traductor e intérprete del rey a las lenguas orientales, asumió la traducción al español de estas obras por encargo del arzobispo de Granada, Don Pedro de Castro, quien se hace célebre por este hallazgo y sus esfuerzos para salvaguardar los Plomos. Sin embargo, la traducción va a evidenciar ante la Inquisición que los libros, atribuídos a una revelación de la Vírgen María como un quinto evangelio, son de mucha más reciente data y en realidad atentan contra dogmas cruciales de la iglesia como la divinidad de Cristo o de María como madre de Dios. Los libros son vistos entonces como una infiltración de las creencias musulmanas en el cristianismo, particularmente en cuanto a la unicidad de Dios.  El juicio contra los Plomos desemboca no solo en la caída en desgracia del arzobispo de Granada, sino en la ejecución sumaria del sabio Alonso del Castillo, y servirá de fermento al creciente espíritu antimorisco de la Corte, que instigada por el Santo Oficio va a conducir a la trágica expulsión de esta comunidad del territorio español.

Paralelo al tema de los Plomos, la novela entreteje historias de amor y erotismo y sobre todo la conocida lucha entre las corrientes tomista y mística dentro del catolicismo. Como hijo segundo, Alonso de Granada es forzado por su padre a seguir una vocación religiosa, para lo cual es educado por frailes tomistas antes de tomar los hábitos sacerdotales. Cuando a la edad de 26 años conoce la poesía místico-humanista de San Juan de la Cruz, termina rendido a ésta, aunque siempre fiel a su verdad última que es la declaración del fundador de la taifa de Granada, Zawi ben Zirí, “There is no victor but God”. En su apego al misticismo y a sus comunes herencias árabes, resulta interesante notar la semejanza del protagonista juvenil de la novela de Romero con la del personaje central de La gloria de Don Ramiro, una vida en tiempos de Felipe Segundo, la novela del argentino Enrique Larreta, publicada en 1908, y que representó en esas fechas otro importante momentum para la novela de temática morisca.

A casi veinte años de su primera edición española, aparece ahora en inglés la impecable versión realizada por Elizabeth Espadas, profesora de lengua y literatura españolas en Wesley College, en Dover, Delaware. En una etapa de estudios historiográficos y literarios como la actual, que busca reevaluar la perspectiva tradicional que reduce la presencia árabe en España a una gesta de conquista y reconquista, obras de ficción histórica como esta de Romero, son una invitación a seguir explorando la riqueza cultural, económica y social de este extenso y definitorio período de la identidad histórica de la Península. Pese a que por momentos el texto se hace un tanto farragoso por el gusto al detalle y a las alargadas descripciones (característico por demás del género), la precisión y el cuidado de una prosa ricamente elaborada, hacen de su lectura un constante placer. Esta es una obra que bien puede ser leída para explorar los cambios en el tratamiento narrativo de la novela andalusí, o como un texto de análisis para acercarse a las nuevas discursividades de este período de la historia de España.

(Publicado originalmente en Hispania. Volume 97, Number 3, September 2014. Pp. 536-537. John Hopkins University Press)